El suelo cerámico es una opción ideal si quieres realizar una reforma en tu casa o para considerarlos en un proyecto de obra nueva por las características del propio material y la gran variedad de acabados que nos ofrece.
Ventajas de los suelos porcelánicos
Son muchas las ventajas de los suelos porcelánicos debido a que la cerámica es un material muy resistente. Entre las más destacadas están las siguientes:
- Durabilidad: la cerámica es un material que cuenta con alta dureza, por lo que un pavimento porcelánico puede durar toda la vida.
- Acabados y diseño: la gran variedad grafica ofrece muchas posibilidades en acabados y colores contando con suelos cerámico imitación madera o piedra. También acabados en color lisos o texturizados, mate o esmaltados.
- Mantenimiento sencillo: La limpieza se puede hacer con jabón ph neutro o cualquier producto de limpieza químico, sin miedo a la abrasión o deterioro.
- Buena relación calidad-precio: la relación de estos dos factores es un plus.
- Resistencia: a la humedad y a los cambios de temperatura.
- Dureza: Resistente a ser rayado e impactos encontrándose entre 7 y 8 escala Mohs.
- Facilidad de instalación: la instalación es relativamente sencilla y se puede realizar directamente en el suelo o sobre azulejos ya existentes previamente.
Tipos de suelo cerámico que existen
A la hora de elegir el tipo de suelo cerámico que mejor se adapta a tu proyecto o reforma, lo primero que tienes que preguntarte es dónde lo vas a colocar. Pues no es lo mismo un suelo de baño, que un suelo de cocina, que un suelo para un pasillo interior o un suelo de exterior para terraza o jardín.
Normalmente se utilizan los términos cerámico y porcelánico indistintamente, pero la realidad es que existen ciertas diferencias, la más destacable es su porosidad, dado que el porcelánico es mucho más impermeable al tener el poro más fino.
Te explicamos en la siguiente clasificación que caracteriza a cada material y los usos más recomendados.
1. Gres de pasta roja
Es un pavimento hecho de arcillas naturales y tiene una absorción baja al agua.
Se fabrica en baldosas de colores variados y suele encontrarse en formas cuadradas y rectangulares. Su acabado puede ser biselado o con canto rectificado y su colocación es muy sencilla.
Esta cerámica para suelos no es recomendada para exteriores, porque no soporta bien los cambios de temperaturas.
Puedes encontrarla con diseños coloridos.
2. Gres extrusionado
Este tipo de cerámica se caracteriza por su gran dureza y resistencia a las heladas, ya que tiene un coeficiente de absorción del 1%.
Su fabricación consistente en la extrusión (extracción por presión del material a través de un troquel) y corte de la pasta en la forma deseada y su posterior cocción.
Es una técnica tradicional de gresificación (gres compuesto únicamente de arcillas naturales, sin esmaltes ni aditivos minerales).
Esta opción es adecuada tanto para interior como para exterior.
3. Gres de pasta blanca
Las características técnicas de este material son una resistencia alta y porosidad más baja debido a los materiales con los que se fabrica (arcillas y arenas).
Los colores son más vivos debido al esmalte que se aplica a la baldosa y permite una mejor adherencia.
Se utiliza como revestimiento debido a que permite un mejor acabado, de calidad superior por su finura, textura y transmisión de color haciendo que se muy valorado.
4. Gres porcelánico
Sus características son superiores en términos de dureza, resistencia e impermeabilidad.
Cuenta con muy baja absorción al agua siendo indicado para colocarlo tanto en exterior como en interior. Buena opción para sitios de alto tránsito.
Puede imitar materiales naturales como la piedra, la madera, el granito o el mármol y soporta muy bien los cambios bruscos de temperatura.
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